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Campamento de la Amistad 2018

Campamento de la Amistad 2018

Reporte 3: La amistad es un regalo invaluable…

 

El Campamento de la Amistad avanza a pasos agigantados. Después de la emoción inherente a la noche anterior, los jóvenes caballeros amanecen con el cansancio propio de los días vividos. Juegos, vivencias, momentos inolvidables que guardarán como un tesoro por el resto de sus vidas.

Hoy el sol aparece con todo su esplendor y brilla con más fuerza. El viento frío de la noche anterior, se transforma en un sonido tibio que acompaña estas últimas horas del Campamento. Cada caballero ha podido reconocer la amistad en un tesoro invaluable. Los amigos nos permiten ser nosotros mismos, sin caretas ni dobleces.

Cada caballero vivió en comunidad el despojo de caretas y de armaduras, para vivir una existencia más llena de sentido, más honesta y plena. La misa de hoy aporta en profundidad y reflexión, y se transforma en una fuente de inspiración para cada joven caballero:

“No puedo evitar tus sufrimientos/ cuando alguna pena te parte el corazón/ pero puedo llorar contigo/ y recoger los pedazos para armarlo de nuevo. /No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser/ solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo”. Con estas palabras pronunciadas por el Capellán del Campamento en medio de la Homilía, que son atribuidas al escritor Jorge Luis Borges, los caballeros han comprendido que la misión de este Campamento ha sido alcanzada. Cada uno se ha sentido querido, escuchado, valorado. Los lazos son aún más fuertes. Aunque todos los caminos de los caballeros han sido distintos, tienen en común la búsqueda de crecimiento y la compañía desinteresada de los compañeros de ruta.

Es hora de levantar el Campamento. Carpas, sacos de dormir, cocinillas y diversos utensilios que han servido para vivir estos días, vuelven a las mochilas de origen. Cada caballero sabe que el regreso es necesario. Y que no volverán siendo los mismos.

Aunque aún falta la prueba más importante para todo joven caballero: la ascensión a la cima de la Verdad. Nuestro amigo Merlín los invita a subir:

“Caballeros, arriba podrán mirar y agradecer la inmensidad de la creación, estarán en un lugar de tranquilidad y paz. Pero también los obligará a llevar solo lo necesario: ustedes mismos y la amistad que han ido construyendo”.

Y, de este modo, cada joven caballero andante se dispone a sortear la prueba final.

Ignacio aparece para animar y despedirse:

Señor, te hemos venido a ver desde lejos. Somos los Caballeros andantes y hemos venido siguiendo tu llamada. Hemos recibido la invitación a despojarnos de la armadura de la vanidad, el orgullo y el afán de riquezas, el casco de la mentira, la coraza del egoísmo, de la espada del odio y la violencia. Te honramos con nuestras armas. Te las presentamos. Queremos vestirnos de tu armadura”.

Los Caballeros andantes comienzan a despedirse. Es hora de entender las propias verdades que han salido a la luz. Es tiempo de comprender que lo que han cultivado en el bosque de Merlín, permanecerá para siempre.

 

Día 2: Reporte de un caballero que está entre nosotros…

Queridos caballeros: los he observado silenciosamente mientras cada uno de ustedes ha ido reconociendo sus máscaras y veo que ahora las llevan puestas. Ustedes han sido mi espejo para darme cuenta de que la llave para abrir este casco y sacarme esta máscara es la verdad de mi corazón. Caballeros, permítanme presentarme. Mi nombre de caballero es Iñigo y nací hace muchos años en el Castillo de Loyola en Azpeitia. Hoy quiero pedirle a Dios que me dé la gracias de dejar mis propias máscaras”.

Con estas palabras, Ignacio finaliza la primera noche del Campamento, y nos invita a iniciar un nuevo día en Picarquín.

Merlín nuevamente aparece en nuestro espacio para traernos un mensaje lleno de sentido. Quiere que, junto a él, caminemos por el sendero de la verdad para seguir liberándonos de nuestras armaduras.

Cada caballero escucha las palabras del Evangelio que nos inspiran en este día:

“Entren por la puerta derecha; porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella. ¡Qué estrecha es la puerta! ¡Qué angosto el camino que lleva a la vida!, y son pocos los que lo encuentran” (Mateo 7, 13-14).

El caballero y el enemigo se enfrentan de manera explícita por primera vez:“Tendrás de todo acá en el bosque, no tendrás que esforzarte por nada. La armadura se caerá sin esfuerzo. No hagas nada. Aprovecha la situación”, son las palabras que hacen dudar al caballero: “¿Me quedo aquí o sigo caminando, en una continua búsqueda de crecimiento personal”?

La invitación realizada a cada caballero es seguir por la puerta angosta, aunque el camino sea difícil.

El enemigo vuelve a tentar: “Confía, confía solo en tus capacidades. Tú tienes lo suficiente para sortear la prueba. Los otros caballeros andantes son más débiles que tú y no te han ayudado en nada. Tú solo puedes vencer”. El caballero cree, por unos instantes, que esas palabras son ciertas. Merlín interviene: “Todos los caballeros se necesitan. La unión hace la fuerza, y eso es más que una frase conocida. Es una realidad que debes comprender yexperimentar en este camino”.

Los jóvenes caballeros escuchan con atención, y se aprontan a dar inicio a las Olimpiadas, donde se podrán en juego valores como la lealtad, la responsabilidad y el trabajo en equipo.

Cada vez el caballero se prepara más. Ya comprende mejor su misión. Ha dejado que las palabras y las vivencias que ha tenido con sus amigos se queden en su corazón.

Junto con la lectura de la carta de los padres, cada caballero interioriza con mayor profundidad la revisión de su vida: “Dios tocó la puerta de mi corazón y yo la abrí lentamente… decido quitarme la armadura para comenzar mi caminar con Jesús”.

Las palabras de cierre del día son claves para entender el mensaje:

“El que quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué vale al hombre ganar el mundo entero si se pierde o se malogra en él” (Lucas 9, 22-27).

Un nuevo anochecer nos acompaña. Hay frío en el ambiente, pero el caballero, con una sonrisa en su rostro y paz en su corazón, se dispone a descansar y se prepara para un nuevo día”.

 

 

 

 

 

Día 1:Reporte de un caballero en busca de su verdad…

Un tibio y nublado día nos acompaña en Picarquín. El caballero ha viajado con rumbo fijo, con el corazón lleno de expectativas y preguntas, más que respuestas. La naturaleza nos recibe generosa. El viento y los árboles nos dan un marco ideal para compartir y vivir con profundidad cada experiencia de este Campamento de la Amistad.

El caballero nos habla al oído, como un buen amigo lo haría:

“He salido de mi reino para quitarme la armadura. No sé con claridad qué ruta debo seguir. Me acompañan otros caballeros que, de igual manera, están deseosos de vivir cada instante de este misterioso camino. Frente a nosotros está Merlín, que habita en el bosque y está dispuesto a dar solución a nuestro dilema. Confío en él. Sé que nos ayudará en esta aventura”.

Los grupos de caballeros caminan juntos. Todos son necesarios, cada integrante colaborará en esta senda. El óxido de la armadura solo puede ser vencido con la voluntad y el deseo de superar cada uno de los miedos que habitan en sus corazones.

Los caballeros han disfrutado de la comida que han preparado, y junto a su asesor, han comenzado esta búsqueda personal. ¿Quiénes somos? ¿Cómo me diferencio de mis amigos caballeros, que también han iniciado su camino de autoconocimiento?

“Hoy compartí con otros caballeros. Hablamos de nosotros, de nuestros gustos, familias, amigos. Todos tenemos una vida que hemos dejado atrás para iniciar el despojo de nuestras armaduras personales. Confío en cada uno. Sé que no me defraudarán”.

Después de abrir sus experiencias de vida, los caballeros se disponen a hacer un escudo personal, que los distinguirá de los otros grupos. Aparecen escudos creativos, coloridos, llenos de sentido y con profundo significado. Estos escudos representan la diversidad de cada caballero que está al servicio de los demás. Cada uno entiende que la armadura solo puede ser dejada de lado si se incluye la misión irreemplazable de cada caballero, que es única, que merece ser considerada y valorada por los demás.

Comienza el consejo de Caballeros y el atardecer se deja caer en Picarquín. Un cielo colorido y luminoso ilumina los rostros.

“Hoy he comenzado mi búsqueda junto a Merlín y a otros tantos caballeros. Termino el día alegre, con tantos momentos compartidos. He pintado la máscara que cubre mis miedos, los he reconocido y enfrentado. Mañana retomaré con más fuerzas esta misión que he decidido asumir. Termino el día con el mismo viento que me recibió en la mañana, ahora más fresco, en medio de la noche cubierta de nubes. Termino el día con el corazón agradecido”.

 

 


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