Compartimos con ustedes el primer reporte que nos llega de la Experiencia de Trabajos de Fábrica que nuestros estudiantes de IIIº Medios viven en estos días.

Reporte Nº 3

Estimada Comunidad Ignaciana:

Miércoles, mitad de semana y el cansancio en los jóvenes ya comienza a reflejarse en sus manos, en su ropa de trabajo y en un sin fin de historias que los estudiantes tienen para compartir; anécdotas del trabajo o diversas dinámicas de familia que se han ido desarrollando durante la semana.

Luego de 4 noches de reflexión en conjunto a la familias, los jóvenes comienzan a ser conscientes de sus talentos y límites, los cuales los ponen al servicio de las fábricas y se cuestionan cómo estas características propias de cada uno puede ponerlos en sus hogares cotidianamente, y cuando han dejado de hacerlo. Han sido capaces de aprender, desaprender y reaprender, se dejan compenetrar por las distintas historias de los trabajadores, para luego aportar y mejorar las condiciones de quienes esta semana los han recibido con los brazos abiertos en las fábricas.

Han logrado profundizar y reflexionar muy bien frente a la experiencia, lo que les ha permitido experimentar cosas y emociones que nosotros, como Colegio, no esperábamos. Lo que más comentan es la cantidad de obreros extranjeros con los cuales les toca trabajar y analizan lo explotados que se encuentran. Al mismo tiempo, han evidenciado la desigualdad e indiferencia de aquellos que tienen más. Frente a este escenario los jóvenes ponen sobre la mesa aspectos como los derechos del trabajador y las condiciones mínimas que deberían tener para poder desarrollarse correctamente en el ámbito laboral, como personas integrales y dignas.

Estamos entrando en la etapa final de la experiencia. Los estudiantes empiezas a sentirse que el trabajo se hace pesado, monótono y les aburre, cuesta levantarse temprano. Las impresiones del primer día van cambiando; al inicio muchos estaban emocionado por la labor que les tocó, pero luego de tres días se cuestionan que haya gente que realiza estas labores durante años, y ellos por tres días ya están aburridos y agotados.

Antes de terminar, queremos contarles que los jóvenes esperan ansiosos el reencuentro con sus familias, para contarles lo vivido y lo aprendido. Muchos son los comentarios acerca de que han sido los mismos trabajadores los que les han enseñado a apreciar el trabajo que sus padres realizan por ellos y todo lo que les entregan.

Tomás Chandía Chiappe

Coordinador Trabajos de Fábrica

Reporte Nº2

Estimada Comunidad Ignaciana:

Termina el día, martes 27 de agosto, y los jóvenes finalizan lo que ha sido su segundo jornada laboral en la cual algunos han tratado de optimizar el recurso tiempo de traslado, mientras que otros se cuestionan seriamente si su labor dentro de las diversas fábricas es lo que esperaban de un trabajo o no. En base a estos dos aspectos, han girado las conversaciones entre los jóvenes. Muchos sintieron cierta frustración porque sus labores dentro de las fábricas no es lo que esperaban, pero luego de la conversación y la reflexión, han comenzado a dignificarlos, porque han entendido que pese a la monotonía o el poco aporte que ellos sienten que hacen con su labor, han logrado aprender y discernir que estas actividades son dignas y son las que permiten a muchos hombres y mujeres sostener sus hogares.

Por otro lado, han buscado rutas alternativas de regreso del trabajo para volver rápido y estar más tiempo junto a sus familias. Las cartas o el “cachipún” son una buena manera de determinar quién lava los platos. En la sobremesa, las discusiones sobre política o la misma experiencia de trabajos de fábrica abundan entre estudiantes y familias.

Los problemas no han faltado, pero los jóvenes han sabido sobrepasar los diversos obstáculos de la experiencia. Ellos mismos nos dicen que deben llegar más humildes a las fábricas, ya que los trabajadores llevan años en esas labores y tienden a molestarse cuando un estudiante cree que sabe cómo hacerlo y no los escuchan. Humildad y respeto son los conceptos que más hemos escuchado de los jóvenes. Estos son los aprendizajes que se llevan de su segundo día en esta experiencia.

En general, nuestros estudiantes están muy felices con sus trabajos y hogares; se comienzan a ver los primeros rostros de cansancio en ellos, pero esto no los desanima y quieren seguir dando su 110%, buscando maneras de optimizar el trabajo en la fábrica, como también sumarse a las rutinas familiares de los hogares que los reciben estos días.

Tomás Chandía Chiappe

Coordinador Trabajos de Fábrica

Reporte Nº 1

Estimada Comunidad Ignaciana:

El domingo 25 de agosto, los jóvenes de la generación de terceros medios vivieron una cálida bienvenida por parte de la comunidad de la población Los Nogales. Luego de partir a los hogares que los acogieron, dieron los primeros pasos para conocerse con quienes serán sus familias y principal pilares de apoyo y formación durante esta experiencia que promoverá el rasgo espiritual y comunitario de los alumnos, característicos de la formación ignaciana.

El lunes 26 de agosto, los estudiantes se dispusieron desde muy temprano para salir a desempeñar sus labores a las diversas fábricas como simples obreros. Todos con una clara misión; tener contacto real con el trabajo cotidiano y de esa manera conocer el cansancio y esfuerzo que esto significa, para así poder discernir en torno a la realidad de muchos trabajadores en Chile. Uno de los focos de la experiencia de Trabajos de Fábrica es que nuestros estudiantes tengan la instancia para reflexionar en aquellos valores que fundan la formación integral de un ignaciano y cristiano y, por consiguiente, formar jóvenes capaces de compartir sin discriminación con cualquier hombre y mujer, promoviendo una fuerte integración y diálogo con la realidad social y cultural de nuestro país.

Al llegar a las fábricas, a todos nuestros estudiantes los estaban esperando con los brazos abiertos y ansiosos por acompañarlos durante esta semana de trabajo. Algunos debieron enfrentarse a pequeños obstáculos, ya que el encargado de recibirlos no se encontraba. Pero los jóvenes supieron superar la situación y comenzaron sus labores con el mejor de los ánimos.

Durante la jornada, los estudiantes comenzaron a cuestionarse las primeras vivencias: la hora de levantarse, el viaje a la fábrica, la gente con la que comparten su viaje al trabajo y cómo llegaron a la fábrica. Muchos de los comentarios que recibimos de ellos durante el día de ayer, se centraron en los prejuicios que traían, cuales se confirman y cuales han sido derribados.

En general, todos han tenido una buena recepción frente a la experiencia y han mostrado una clara disposición a dejarse empapar por la actividad y así permitir el correcto desarrollo de ésta, siendo respetuosos en las casas y atentos a los comentarios de quienes los reciben, durante esta semana, para obtener la mayor cantidad de aprendizajes de parte de ellos.

Tomás Chandía Chiappe

Coordinador Trabajos de Fábrica